¡ALBRICIAS!, JAVIER AIGUABELLA SE MARCHA YA
¿QUIÉN VENDRÁ A DIRIGIR EL CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA?
Por FAUSTINO PÉREZ
Desde que finalizó la época en que Pedro Vergés fungía como director del Centro Cultural de España en Santo Domingo, y se pasó al período de directores españoles, nadie había sido tan funesto para ese Centro Cultural como Javier Aiguabella.
Pienso que los funcionarios que dirigen esas instituciones culturales, deberían de ser sometidos a un test de actitudes, -aparte de las pruebas de aptitudes-, previamente, por el organismo español correspondiente. Porque, ¿cómo es posible que España nos envíe un representante cultural, clasista, elitista, y para colmo racista?; y que conste que no me estoy inmiscuyendo en la vida privada de ese señor. Las personas se respetan, y no se tratan despectivamente. Es preciso tener un mínimo de clase.
Aunque somos un país subdesarrollado, con un mestizaje cifrado en más de un 80%, y España en ocasiones ha sido generosa con nosotros, con sus grandes aportes aquí, un representante cultural de la catadura de Aiguabella hace más daño que bien. Su gestión al frente del Centro es un ejemplo de fracaso, un modelo de lo que no se debe hacer, por su carencia de profesionalidad
Por aquí han pasado excelentes directores del Centro, y diplomáticos españoles relacionados directa o indirectamente con el área cultural que han dejado huella. Como ejemplos podría mencionar a: Enrique Iranzo, un diplomático de carrera y auténtico profesional quien conoció este país, y cultivó relaciones como pocos. Pepa Acedo, estuvo varios meses colaborando en el antiguo Instituto de Cultura Hispánica, cuando no había llegado su director, aparte de su trabajo en la embajada; Acedo llegó incluso a publicar libros de su autoría aquí; lo mismo, que cuentos, poemas y fotos, en revistas dominicanas. Ana Tomé, aún recordada por su dinamismo, su simpatía desbordante, y por las innovaciones que introdujo en el Centro. Ricardo Ramón Jarne, quien llevó las relaciones culturales bilaterales a nuevas cimas, y abrió el Centro a los talentos jóvenes. Jarne con su trato amable y campechano, se anotó grandes éxitos.
De repente apareció en el horizonte Javier Aiguabella, quien tiró por la borda todo el trabajo positivo que habían hecho los anteriores incumbentes. Hace más de un año, dio un giro de 180 grados, sobre todo en la orientación de las actividades, -no sé si por insinuación de alguien-, y empezó a intentar congraciarse con los dominicanos, pero ya era demasiado tarde, ya estaba irremediablemente “posicionado” como alguien negativo y de trato indigno.
El éxito de una misión no se mide básicamente por las obras de infraestructura, - por más importantes que sean - , ni tampoco por los “homenajes” protocolarios interesados, y por las despedidas; sino, más bien, por las relaciones culturales bilaterales que ese funcionario impulsó y les dio seguimiento. Quien no da la talla para una misión, debería de dedicarse a otros menesteres, si tiene un mínimo de criterio y de ética; y más que nada, de amor propio.
domingo, 11 de febrero de 2007
domingo, 4 de febrero de 2007
LA FOTOGRAFÍA DIGITAL CATÓDICA DE RAFAEL WU
Por FAUSTINO PÉREZ
En el Museo de las Casas Reales, expuso el taiwanés Rafael Wu. Son imágenes tomadas con una cámara digital de la pantalla del televisor y luego transformadas empleando el ordenador. Una vez logrado lo que se propone el artista, imprime la imagen sobre canvass o tela. Algunas de ellas tienen un soporte rígido, todas muy bien presentadas.
Wu es también ingeniero, y antes también pintaba al óleo; sin embargo el fotógrafo ahora prefiere expresarse utilizando otro medio.
El universo de nuevas figuraciones de Wu remite a una búsqueda incesante. Él trata de crear unos personajes ignotos, transformando lo que la televisión nos regala, en otra cosa; lo cual nos aporta una nueva cara a partir de alguien conocido. El artista parte de lo ya sabido y lo permuta en algo genérico. De lo real, a lo cuasi-real, o más bien, a lo meta-real. De lo verdadero a lo meditable.
Porque precisamente el arte de Wu es para pensárselo, para digerirlo pasándolo por el tamiz del raciocinio. Es una fotografía para filosofar y para ponderar la existencia humana.
El mundo que nos plantea el cultor, no está exento de problemas, de traumas y de emociones. El empleo de tramas y las mismas líneas de la pantalla de rayos catódicos, nos dirigen hacia la caligrafía china. Igualmente, utiliza el recurso del efecto de “plastificado”, como una forma de “diluir”, o bien, de “licuar” el entorno espacial y sobre todo la figura.
En otras obras de esta expo, repite la imagen, y realiza un rejuego con las masas, las formas, el espacio y los colores. Wu es un auténtico artista sensible y humano.
Por FAUSTINO PÉREZ
En el Museo de las Casas Reales, expuso el taiwanés Rafael Wu. Son imágenes tomadas con una cámara digital de la pantalla del televisor y luego transformadas empleando el ordenador. Una vez logrado lo que se propone el artista, imprime la imagen sobre canvass o tela. Algunas de ellas tienen un soporte rígido, todas muy bien presentadas.
Wu es también ingeniero, y antes también pintaba al óleo; sin embargo el fotógrafo ahora prefiere expresarse utilizando otro medio.
El universo de nuevas figuraciones de Wu remite a una búsqueda incesante. Él trata de crear unos personajes ignotos, transformando lo que la televisión nos regala, en otra cosa; lo cual nos aporta una nueva cara a partir de alguien conocido. El artista parte de lo ya sabido y lo permuta en algo genérico. De lo real, a lo cuasi-real, o más bien, a lo meta-real. De lo verdadero a lo meditable.
Porque precisamente el arte de Wu es para pensárselo, para digerirlo pasándolo por el tamiz del raciocinio. Es una fotografía para filosofar y para ponderar la existencia humana.
El mundo que nos plantea el cultor, no está exento de problemas, de traumas y de emociones. El empleo de tramas y las mismas líneas de la pantalla de rayos catódicos, nos dirigen hacia la caligrafía china. Igualmente, utiliza el recurso del efecto de “plastificado”, como una forma de “diluir”, o bien, de “licuar” el entorno espacial y sobre todo la figura.
En otras obras de esta expo, repite la imagen, y realiza un rejuego con las masas, las formas, el espacio y los colores. Wu es un auténtico artista sensible y humano.
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